Sinopsis:
Mi nombre es Samantha Ross y esta es mi
vida.
Yo existía en un mundo que pocos
conocían. En resumen, los remolques y las calles criminales eran mi
hogar. Las drogas y el alcohol eran la norma y la felicidad era la
excepción. Yo vivía día a día sin saber si iba a tener un techo
sobre mi cabeza o comida en el estómago. Mi vida apestaba. Se llevó
todo de mí y no me dejó nada. Pero había una certeza en mi vida.
Una mancha negra en mi ventana del infierno.
Cole Walker.
Él era un criminal. Un ladrón. Trajo
el infierno y la condenación con él dondequiera que fuese. Él
hería y destruía. Él tomaba y no daba nada a cambio. Era la
angustia y la desesperación envuelta en un paquete hermoso y
perfecto. Coches rápidos y mujeres rápidas eran sus aficiones. Sus
vicios. Pero él tenía muchos.
Yo era una de ellas.
Yo era su adicción y su anhelo. Su
enemiga en esta tierra. Yo le temía. Lo odiaba.
Lo amaba incluso más.
Opinión personal:
Este libro fue tenerlo y empezar a
leerlo, sin buscar reseñas ni nada y no me decepcionó. En un
principio la historia empieza un poco lenta (la paciencia no es lo
mío jajaja) pero cuando ya se centra en su historia es cuando me
engancha completamente.
El libro está narrado desde los dos
puntos de vista de los protagonistas, Cole y Samantha. cosa que me
gustó mucho y me pareció que facilita mucho la lectura a la hora de
comprender la historia.
Los dos personajes son muy parecidos
respecto a lo que han vivido, Samantha por una parte ha crecido sin
padre y con una madre a la que solo le importaban las drogas y el
medio para conseguirlas dejando a su hija indefensa ante cualquiera a
quien trajera a casa, y por otra parte tenemos a mi fabuloso Cole,
con una infancia siendo maltratado por su padre. ¿Quién diría que
dos personajes así de rotos pudieran tener una historia de amor?
Pues sí, si la tienen y creerme cuando les digo que pasión no les
falta.
Samantha es la típica chica con
carácter que no deja mucho que las personas se acerquen para no ver
lo jodida que está y Cole tiene el pelo negro, con ojos oscuros y
con una figura que impone tan solo verlo, como es normal MI Cole es
conocido tambien por tener éxito con las mujeres, como el hermano de
Samantha, Bentley, que tambien es su mejor amigo.
Estos dos ya llevaban bastante tiempo
haciendo como que no se soportan pero sinceramente se complementan a
la perfección, porque los dos se dan algo que nunca nadie les ha
dado... el amor.
Me llegó mucho la forma en que Cole
protegía a Samantha, si era necesario con su vida, y lo perspicaz
que es él con ella.
Partes del libro:
*_*_*_*
—¿Estoy mintiendo, Walker?
—pregunté, planeando con dulzura algo más—. ¿No me deseas? Eso
no es lo que dijiste la otra noche.
Walker gruñó y dio un paso cerca,
colocando su cuerpo cerca del mío. Me congelé cuando se inclinó,
su boca cerca de mi oreja.
—Cuidado, dulzura. Muerdo.
Mi corazón saltó, golpeando contra mi
esternón. Sentí mi sonrisa flaquear y mi boca secarse.
Walker se enderezó, una sonrisa astuta
en su cara.
El idiota sabía exactamente lo que
estaba haciéndome .
*_*_*_*
—La tocas y no serás capaz de beber
suficiente alcohol para aliviar el dolor
que te causaré —siseó Walker,
poniéndose cara a cara con su padre—. Tendrán que encerrarme y
lanzar la llave por lo que te haré. Un simple toque. Es todo lo que
tomará.
*_*_*_*
—¿Que estás haciendo aquí, Walker?
—Pregunté, temor hacia él.
—Vigilándote.
Oh, mierda. Nunca esperé esas
palabras.
Él se acercó, zancadas lentas, sus
labios moviéndose con cada paso. Sus ojos en mí, mirándome como si
fuera su objetivo. Tenía a su enemigo en la vista. Ahora todo lo que
tenía que hacer era apretar el gatillo.
*_*_*_*
—Más, Sam. Pierde el control.
Vacié el vaso de tequila y lo dejé
sobre el mostrador, hasta el fondo.
—Esa es tu especialidad, Walker, no
la mía —dije dulcemente. Esperé la negrura que siempre inundaba
sus ojos cuando alguien lo molestaba, pero en su lugar, ellos ardían
con algo más.
—Quizás podríamos perder el control
juntos —dijo Walker en un susurro— . Solo tú y yo.
*_*_*_*
—No, no lo sientes —dijo, poniendo
sus manos sobre el mostrador detrás de mí. Mi sonrisa vaciló y mi
respiración se enganchó mientras me enjaulaba, presionándome de
vuelta—. Admítelo, Sam, somos solamente nosotros dos. Vamos a ser
abiertos en este momento. Tú me odias —dijo Walker, mirando hacia
abajo, a mi cuerpo, luego de vuelta hacia arriba.
Tragué saliva, ahogándome por la
sensación de tenerlo tan cerca. Sus muslos se frotaban contra los
míos y sus ojos se dirigieron hacia abajo de nuevo, tomándose su
tiempo, disfrutando de la vista.
—Dilo —exigió de nuevo.
—Te odio —susurré, mi voz
temblando.
—Ahora que sacamos eso del camino...
Sus labios cayeron en los míos.
Protagonistas:
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