Sinopsis:
Cuando Tate Collins conoce al piloto de
aerolínea, Miles Archer, sabe que no es amor a primera vista. Ni
siquiera iría tan lejos como para considerarse amigos. Lo único que
Tate y Miles tienen en común es una atracción mutua innegable. Una
vez que sus deseos están a la intemperie, se dan cuenta que tienen
el perfecto arreglo. Él no quiere amor, y ella no tiene tiempo para
eso, de modo que sólo queda el sexo. Su acuerdo podría ir
sorprendentemente sin problemas, siempre y cuando Tate pueda apegarse
a las únicas dos reglas que Miles tiene para ella.
Nunca preguntar sobre el pasado.
No esperes un futuro.
Ellos piensan que pueden manejar la
situación, pero se dan cuenta casi de inmediato que no pueden con
todo.
Los corazones se involucran.
Las promesas se rompen.
Las reglas se quebrantan. El amor se
pone feo.
Opinión Personal
Vamos a ver yo con este libro la verdad
es que tuve muchas contradicciones. En un primer momento la sinopsis
me llamó mucho la atención ya que como he dicho en una de mis
anteriores reseñas las relaciones amor-odio son mi punto débil, así
que me lo empecé.
El principio no me atrapó lo
suficiente y como que a las 20 páginas o así lo dejé de leer, pero
cuando pasó el tiempo dije, ¿enserio te vas a quedar con las ganas
de saber qué es lo que pasa? Y continué leyendo.
Así que veamos, la protagonista Tate,
en un principio me gustó, por el carácter y la garra que tenía
pero conforme va transcurriendo el libro veo que su carácter se
afloja y eso no me hizo mucha gracia. Por otra parte Miles el
protagonista masculino no me terminó de cuadrar porque no se la
impresión que me causó fue que estaba tan centrado en el pasado que
tuvo, que vale es un poco entendible, pero igualmente me faltó que
demostrara más sentimientos hacia Tate.
Aun así, la trama está bien y te
produce un misterio que hace que cuando ya vas adentrándote en su
relación no pares de leer.
Partes del libro:
Todavía estoy de pie y él sigue
sentado, pero estoy posicionada entre sus piernas ahora que me puso
tan cerca. Poco a poco comienza a levantar su rostro de mi hombro y
tengo que cerrar los ojos, porque me pone tan nerviosa que no puedo
mirarlo.
Siento que levanta su rostro para
mirarme, pero mis ojos siguen cerrados. Los aprieto un poco más. No
sé por qué. No sé nada en este momento. Sólo sé de Miles.
Y en este momento, creo que Miles
quiere besarme.
Y en este momento, estoy malditamente
segura de que quiero besar a Miles.
*_*_*_*
—¿Eres sonámbulo?
Sonríe, empapándome, desde la cabeza
a los pies, con sus ojos como una esponja. —Te gusta mucho el jugo
de naranja —dice, divertido.
Miro mi vaso, luego de nuevo a él, y
me encojo de hombros. Da un paso hacia mí y señala el vaso. Se lo
entrego, lo lleva a sus labios para tomar un trago lento y me lo
devuelve. Todos estos movimientos son completados sin siquiera romper
el contacto visual conmigo.
Bueno, ahora definitivamente me encanta
el jugo de naranja.
*_*_*_*
Dejo caer mi cabeza hacia atrás y
suspiro fuertemente, después de robar una mirada en su dirección.
—Creo que nunca he estado tan mojada en mi vida.
Observo como una lenta sonrisa se
extiende por su rostro. Sus pensamientos obviamente se desploman en
lo más vulgar con esa afirmación.
—Pervertido —susurro
juguetonamente.
Eleva la ceja y sonríe. —Por tu
culpa. —Me alcanza a través del asiento y envuelve sus dedos
alrededor de mi muñeca, tirando de mí hacia él—. Ven aquí.
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